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Vocabulario posiblemente de Briviesca

A. Condori | 🕒 13 min. de lectura

Muchas palabras maravillosas y coloridas salen de la boca de una briviescana —palabras, giros y de todo—. Yo no me atrevería a decir que todo lo que yo recojo aquí son briviescanismos; algunos serán burebanismos, burgalesismos o simplemente objetos no identificados que vendrán de algún lugar que ignoro. Una cosa está clara: todos me sorprendieron, todos me eran desconocidos y todos los usa diariamente la jefa, que, como ella dice, es «castellana». ¿Podrían ser cosas específicas de la forma de hablar de ella? Sí, seguramente también habrá de eso en esta pequeña lista.

Palabras

Abuelillo: Piensa en una flor de diente de leon en todo su esplendor, con las semillas maduras y listas para ser sopladas.

Abuelillo

Abuelillo

Aguachinado: Aguado en sentido negativo. Normalmente se dice de alguna bebida. Por ejemplo, el vino puede estar aguachinado.

Alampar: Estar muy caliente. Abrasar. «Cuidado con esa olla, que está que alampa».

Alear: Esta palabra siempre la oigo usar en la cocina. Alear es hacer que algo que se está cocinando tome cierto amargor. Entonces, si no se puede freír mucho tiempo el pimentón, porque alea; mejor no lo frías, porque amarga.

Arador: Es como una lesión temporal que te sale en la piel, en la boca y alrededores, por el frío.

Aunecer: En cocina las cosas no solo alean (que es malo), sino que también pueden aunecer (que es bueno). Aunecer es lo contrario de mermar. O sea, las cosas que aunecen aumentan de tamaño, crecen. Si hierves acelgas, sabes que eso merma: acaba abultando menos que cuando empezaste a cocinar. Pero si echas patatas a un guiso, sabes que las patatas aunecen: hacen que el guiso «crezca» y puede dar de comer a más personas. Así que me imagino que aunecer también quiere decir «cundir». Solo se aplica a cosas de cocina, comida, platos, etc. así que no es un sinónimo perfecto de «crecer» o «hacer crecer».

Baldío: En realidad no es la palabra en sí lo que me parece interesante, sino una expresión conocida. Podemos decir que una persona «se ha echado al baldío» cuando su trato, sus habilidades sociales o sus modales, han empeorado visiblemente por haber estado mucho tiempo sin relacionarse con otras personas. Seguramente esto ocurría antes con personas como eremitas, pastores trashumantes, marinos, etc. que podían estar meses sin tener trato «civilizado» con otros seres humanos y adquirían costumbres poco sociables. El equivalente de nuestros días podría ser el niño rata.

Baldragas: Literalmente «un hombre que vale para poco».

Berza: No estoy seguro de que sean lo mismo, pero mi chica llama berza al repollo (también llamado col).

Bochinche: Bola.

Canso: Se dice que una persona es cansa cuando insiste en las mismas cosas, una y otra vez, considerado eso como un defecto personal. Si fuera una virtud, diríamos que la persona es perseverante, pero si decimos que es cansa, es que, de hecho, esa persona nos agota con su actitud. Debido a la TV (José Mota y sus paisanos «chanantes»), donde yo vivo estamos más acostumbrados a una palabra del sur de Castilla que significa lo mismo: cansino. Puedo dar fe de que esta palabra, por su parte, es muy del norte de España. No es solo de Burgos.

Carcaño: Talón. Quizá también tobillo (no estoy seguro).

Caparrón: Una legumbre que yo, como no soy del norte, llamaría simplemente judía o alubia, pero parece ser que para ellos no es solo eso. Eso sí, son apreciadísimos y muy buscados. Según dicen, son «manteca pura».

Casoplón: Aumentativo de casa (en vez de caserón o casón, como se diría en otros lados). No suele querer decir que la casa solamente es grande (que también) sino que es una casa hermosa y tirando a lujosa. Siempre hay algo de admiracón implícita en esta palabra: «¡No veas qué casoplón se ha comprado mi prima, la del pueblo!», por poner un ejemplo.

Ceporrón: Simplón, lo contrario que sofisticado. Si llamas ceporrón a alguien, le estás diciendo que es poco inteligente, medio patán o incluso inútil, «paquete» o bueno para nada.

Chiguita: Muchacha, mujer muy joven, jovencita.

Chiguito: Muchacho, hombre muy joven, jovencito; vaso de bebida de aproximadamente la mitad del tamaño normal.

Chinflis: Alguna bebida subidita de alcohol (o combinado) que se pone la jefa para celebrar algo que lo merezca.

Choco: No es exactamente una casa para vivir en el campo, sino más bien un lugar en el campo que está preparado para recibir amigos, ofrecer comidas allí, pasar el tiempo agradablemente y estar rodeado por la naturaleza. Algo así como un lugar rústico y cómodo para escapar al campo y recibir visitas. Esto es muy del norte también. Los vascos lo llaman txoko. Podría decir que el equivalente sureño es «la parcela» pero no es así exactamente.

Chorolo: La forma de comportarse los adolescentes en la edad del pavo es muy chorolo (no «chorola», ya que no cambia de terminación en femenino). También alguien puede decir que hoy se ha levantado muy chorolo y la prueba es que se ha olvidado el paraguas en casa y luego ha perdido las llaves del coche. «¡Qué chorolo estoy hecho!» («no sé dónde tengo la cabeza», «estoy algo alocado», «estoy olvidadizo», «estoy con cierta desestructuración mental» —sin llegar a estar loco—, «no sé ni por dónde me ando», «no tengo ahora la cabeza muy clara», «ando despistado»,… todo eso junto podría ser estar chorolo). Así que parece ser que chorolo es un estado mental inofensivamente desordenado a medio camino entre el estado totalmente racional y el de necesitar atención psiquiátrica.

Cillisca: Es una tormenta de nieve tremenda, pero tremenda de verdad —ojo, estamos hablando de Burgos, la región española más comúnmente asociada a la palabra «frío»—. En otros sitios, diríamos sólo «ventisca» o «tormenta de nieve». He visto que en otros sitios usan la palabra «cellisca»; aquí es cillisca, con i.

Copetín/Copetón: (ver chinflis)

Culerino: Que tiene mucha afición y gusto por jugar a las cartas. En casa no somos especialmente culerinos, pero sí lo son en casa de mi suegra.

Currusquillo: Una de las puntas de un pan, normalmente de una barra. Suele ser la parte más crujiente y la preferida por algunas personas.

Deslavar: Más al sur, lavamos y luego enjuagamos. Aquí, sin embargo, lavan y luego deslavan. O sea, es algo que tiene una lógica abrumadora: deslavar es lo contrario de lavar. Uno ya está acostumbrado a esta palabra tan adorable, así que en casa los platos se «deslavan» y no se enjuagan.

Empapuzarse: Empacharse.

Empezado: Algo así como desgastado pero también pelado, levantado, descascarillado, desportillado… Por ahí anda la cosa. Yo suelo tener los labios empezados en invierno. A veces hay que volver a pintar la pared porque, con el tiempo, la pintura «se empieza».

Escuyir: Escurrir. «Lavamos los platos y, antes de secarlos, dejamos que escuyan unos minutos». Como nunca lo he visto escrito, también podría ser escuyir o escuyar (o incluso escullir o escullar, yeísmo mediante).

Fínife: Un fínife es un mosquito, pero de los de patas muy largas y que dan mucho miedo (porque parecen arañas). En algunos países latinoamericanos alguien podría decir «zancudo».

Forrondón: El colmo de los tontos. «Chaval, eres más tonto que Forrondón».

Fu: Similar a mor (véase). «Las personas con mala gaita están todo el día fu, fu, fu».

Garbanzada: Es muy parecido, si no igual, a lo que más al sur llamamos cocido: garbanzos, carne, tocino, panceta, chorizo, morcilla, berza, patata.

Galipó: Brea.

Galbana: Pereza, amodorramiento. «Me entra una galbana por las tardes que no me puedo mover».

Hambrentón: Se dice de una persona proclive a tener mucho apetito. Zampabollos.

Junjún: En la expresión «a junjún», es decir, montado en la espalda de una persona (como se suele decir «a caballito»). «Llevaba a su hermana a cuestas atrás, a junjún, como si nada».

Lirolis: Ser un lirolis es tener una memoria fuera de lo común.

Marchar: Otra palabra que es principalmente del norte de España, antes que solo de Burgos. Significa y es sinónimo de «irse» o «marcharse», que es lo que usamos más al sur. «Si no estás a gusto aquí, no hay problema en que “marches”» (en que te vayas o te marches). O sea que, en el norte, marchar no se usa como verbo pronominal.

Mor: Onomatopeya de murmurar quejándose. «No puedes estar todo el día mor mor mor, amargándonos la vida».

Maula: «hijo mío, me traes unas maulas…» (esta tengo que investigarla todavía)

Metique: Significa lo mismo que entrometido, metomentodo, entremetido, metiche, perejil de todas las salsas, etc. Se entiende ¿no?

Modorro: Una persona modorra es torpe, no atina, no hace una a derechas. También es un poco boba. Pero, en segunda acepción, el vino también puede ser modorro si beberlo te produce ganas de dormir.

Ospi: (O quizá hospi, nunca lo he visto escrito). Sirve para decirle a la gente que salga de algún sitio. «¡Ospi de aquí!» es lo mismo que «¡fuera de aquí!».1

Pavusa: Cuando mi chica dice que «caen pavusas», lo que dice es que «está chispeando», pero referido a nevar en vez de a llover. Así que no estoy muy seguro de si una pavusa es un copo de nieve. Seguramente sí. Por libre asociación de ideas lo he tratado de relacionar con «pavesa» (la ceniza que el fuego hace subir y luego cae, como si fuera nieve), pero realmente no sé si se escribe con B o con V, porque nunca lo he visto escrito ni lo he encontrado en ningún diccionario. O sea, también podría ser «pabusa».

Peruquillo: Albaricoque.

Perrillo: Como no soy carnicero, solo puedo decir que es una parte del despiece de una ternera y que en el sur la llamamos de otra manera. Es decir, el perrillo es carne. Puede que sea el morcillo, porque dicen que es lo mejor para echarle a la garbanzada.

Pichiglás: Es algo que no tiene el sabor o la consistencia que debería, sino que recuerda a algo de segunda o de imitación. Si este filete es de pichiglás, seguramente no sabe ni a filete o está como una suela. Un champán (necesariamente francés) de pichiglás puede ser un falso champán francés. Casi seguro viene de Plexiglás, un nombre comercial del polimetilmetacrilato (un plástico).

Pinchotada: La cantidad de comida que se puede levantar de, digamos, un plato cuando pinchas una vez con el tenedor. «Voy a tomar una pinchotada de ensalada». Similar a, por ejemplo, cucharada. Muy lógico.

Pocillo: Hacer pocillo es hacer un fondo común de dinero entre todas las personas de un grupo; pagar algo entre todos. «Hicimos pocillo para comprar las entradas del concierto».

Postilla: Costra; de las que salen a raíz de una herida.

Quejique: Quejica; alguien al que le gusta siempre quejarse.

Richi: Barra de pan de tamaño pequeño, como la mitad de una barra normal.

Rutar: Producir un zumbido. «Me rutan los oídos» se dice mucho.

Serón: En primer lugar, un serón es una alforja. En segundo lugar, también es algo malo que se puede decir de una persona: «es un serón». No estoy muy seguro, pero, según lo que he podido deducir, el significado podría aproximarse «rudo, áspero, como de mala gaita, seco» (palabras textuales de mi chica). O sea, un antipático y sin tacto. En otros lugares, ser un serón es equivalente a ser «una raspa».

Solipandi: Forma graciosa de decir solo, solito. Por ejemplo, «aquí estamos solipandis esperando a que vayan llegando los demás».

Tazado: Esto pasa con la ropa o la tela, que está tazada. Quiero decir, cuando una prenda se usa mucho, quedan tazadas las partes que sufren un desgaste, que se puede ver porque en esas zonas la tela es más débil, menos gruesa, y aparecen brillos en la tela que no son los del material sino que se deben al desgaste. Ahora esto no suele verse porque la ropa ha bajado mucho de precio y nadie tiene que esperar a tener las coderas tazadas para comprarse otra camisa, pero hubo tiempos en que esta palabra reflejaba una realidad mucho más común.

Tropiezo: En el sur, la paella tiene tropezones que interrumpen la monotonía del arroz: trozos de carne, marisco, etc. Un tropiezo es lo mismo que un tropezón.

Tan (estar como un…): Se usa siempre en la expresión «estar como un tan», que significa estar muy gordo. Ignoro si tan, por sí solo, significa algo. Supongo que no. Por ejemplo, «esa tía está como un tan» me dice que la susodicha no entra por la puerta, de lo gorda que está.

Zancarrón: (véase Perrillo) Otra parte del vacuno que puedes pedir a tu carnicero. Mi suegra la usa para hacer consomé.

Zurracapote: Es una especie de cóctel briviescano con cierto parecido a la sangría, que se suele tomar en Semana Santa.

Se me escapan un montón de palabras de estas, pero ya las iré metiendo en la lista cuando me vaya acordando.

Giros

Entre cosas que también se dicen, pero son más expresiones hechas antes que simple vocabulario, hay unas cuantas.

«A culo»: En balde, a pérdida. «Le compré la pila al reloj y, a las dos horas, se me estropeó; así que han sido 4 euros a culo».

«A mojo»: Tener algo a mojo es tenerlo en remojo.

«Bota y merienda»: He aquí un ejemplo: «Para poner a dos españoles de acuerdo, ¡bota y merienda!» (se requiere mucho tiempo/paciencia)

«Beber(se) lo que baja el Ebro»: Beber mucho alcohol. «Él en concreto se acaba de beber lo que baja el Ebro, así que no está para conducir».

«Ir a cagar a un berzal»: (requiere mayor investigación)

«Como un abantos»: Hacer algo como un abantos (sí, con «s») es hacerlo como un loco, sin ton ni son, como un ansioso, al calor de momento, sin planificación ninguna, etc. No tengo ni idea de qué es un «abantos».

«Es más tonto que Min»: Se dice de alguien muy tonto, tontísimo. Igualmente, vaya uno a saber quién era este Min y por qué lo consideraron tonto.

«Dar más vueltas que el río Vallarta»: Dar muchas vueltas, tantas como el río que pasa por Vallarta de Bureba.

«Pinta menos que Maximino en Haro»: Se dice de alguien que no tiene ningún poder ni influencia, alguen que es irrelevante. Lo único que sé es que Haro es un pueblo de La Rioja y que seguramente había allí algún Maximino al que tomaban por el pito del sereno.

«Es más feliz que el Bomba»: El Bomba seguramente es uno de esos motes propios de los pueblos. Y seguro que el que llevaba ese mote era una persona muy alegre. Digo yo.

«Es más mala que arrancao» (sic): Mala o malo, y mucho.

«Estar como un tito»: Estar muy moreno. Hay un tipo de bayas oscuras que llaman titos.

«Estar/ir hecho un Baldragas»: Estar/ir muy mal vestido, desaseado, etc.

«Fumar en pipa»: Estar muy molesto o colérico. Pore ejemplo, fulano fumaba en pipa porque le denegaron el permiso de apertura de un local.

«Morirse a rajas»: Estar desahuciado. Estar en un estado de salud muy grave; normalmente enfermedades degenerativas graves (es decir, no se suele usar para accidentes mortales y cosas así). Podría decirse, por ejemplo, que el tío de fulano se muere a rajas, porque tiene un cáncer y le dan dos meses de vida.

«¡Ojo, manojo, (ramo de clavel)!»: Es una forma ingeniosa (y quizá excesivamente larga) de decir «¡atención!», «¡fíjate!» o «¡mira tú!».

«¡Para que veas!… (te compraré unas gafas de madera)»: Pues eso, para que veas.

«Y toda la pesca mariana»: Etcétera, y así sucesivamente, y todo lo demás. Vinieron con el padre, la madre, los primos y toda la pesca mariana.

«Si no son jotas, son fandangos»: Por una cosa o por otra, por hache o por be.

«Si no son tronchos, son berzas»: (Véase «Si no son jotas, son fandangos)

«Tener más miedo que once viejas»: Tener mucho miedo.

«Tener un ten con ten»: Me he dado cuenta que esto lo dice más gente. Significa algo así como tener moderación, contención, balance. Podríamos decir que «hay que tener un ten con ten con lo que uno come, para no perder la salud».

«¡Ya está bien la perra de higos!»: Denota que uno está hasta las narices.

Luego hay otras cosas que no son tan de vocabulario o de fraseología como sí lo son de gramática. Aquí podría comentar algo que es una mezcla de leísmo y laísmo y tampoco en el 100% de los casos. Dicho de otra manera, la forma de usar los pronombres sigue unas reglas distintas a las del español normativo y muchas veces su uso coincide con el de este, pero otras veces no. Tienen toda la apariencia de ser unas reglas bastante sofisticadas aunque yo no sería capaz de enunciarlas aquí.


  1. Al parecer, en euskera existe ospa, con un significado que recuerda al de ospi. (↑)

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